miércoles, 18 de marzo de 2015

Más blanco

Las cadenas en las muñecas
y una voz dictatorial guía el bolígrafo,
matando la esencia de la pluma sobre el papel.
Matando todo sentimentalismo
asociado a la escritura...
Oraciones, palabras, letras, sonidos fríos;
se trasladan de la mente a la mano gravitando
sin dejar más que vacío
en la mente y el papel.
Tiempo, tinta, gestos perdidos;
dan lugar a folios en blanco y
a un gran sinsentido.
Blanco como el mundo
como las ciénagas que
rodean a los manzanos.
Y las manos entintadas
de blanco, nada y tonterías.

Yo quiero tinta negra y verdiazul,
tinta color sangre,
que atraviese las capas finas de la piel
y en las venas se interne y me envenene.
Tinta que se expanda en mi cuerpo y
me haga morir, que alivie este
dolor neuronal, vital, irresoluble.
Ya he ido al médico y
el diagnóstico fue una hoja en blanco.

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