lunes, 8 de febrero de 2016

Pues eso

¿Sabes esa sensación, cuando le das la primera calada al primer cigarro de la primera caja? ¿Y notas cómo empiezan a pudrirse tus pulmones? ¿Y exhalas con el extraño regusto del tabaco, la garganta irritada, los ojos llorosos, pero sonríes de triunfo porque es tu decisión el hecho de la autodestrucción? Pues eso siento. 

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